miércoles, 25 de febrero de 2009

'La Desaparición de Wendy', el día 5 en el Auditorio Ciudad de León.






“No puedo ya ir contigo, Peter. He olvidado volar, y…

Wendy se levantó y encendió la luz: él
lanzó un grito de dolor… »
James Matthew Barrie, Peter Pan.





Por segundo año consecutivo nuestro grupo de teatro ha conseguido alzarse con el primer puesto en la fase provincial de 'Teatro Joven En Español' en la decimosexta edición del festival.
La obra 'La Desaparición de Wendy' del catalán Josep Mª Benet i Jornet fue estrenada el día 11 de Febrero por Juan del Enzina Teatro. El resto de concursantes en la fase provincial fueron Ponferrada con ' Erase una vez la Convivencia' que logro un segundo puesto y 'En la Ardiente Oscuridad' de Buero Vallejo del colegio de las Carmelitas, con una tercera puesto.
La final autonómica será en nuestra ciudad en el Auditorio Ciudad de León el día 5 de Marzo a las 10.30 de la mañana, con el cierre del festival. El primer premio de este festival será el viaje a Bucarest para la representación de la obra y la convivencia con otros jóvenes de Europa del Este y Centroeuropa que estudian nuestra lengua. La entrada es libre y gratuita durante los tres días 3, 4 y 5 de Marzo en el Auditorio Ciudad de León.

La Desaparición de Wendy -Josep Mª Benet i Jornet-
Dirección: Javier R. de la Varga
Elenco de actores: Arantza López, Laura Suarez, Isabel Fdz., Ester Abad, Marina Pintor, Antonio Coca, Pablo Guerra, Sara Vizán.
Vestuario: Susana
Ingenieros Video, Imagen y Sonido: Hector Alonso y David.


-La Desaparición de Wendy-
El teatro era tuyo, podías disponer de él, repetir la historia de la Cenicienta, que una amiga te había contado, o la de Peter Pan, que tu madre te había leído una vez cuando estabas enfermo.

No olvidéis día 5 de Marzo en el auditorio Ciudad de León a las 10.30, entrada libre y gratuita.

martes, 10 de febrero de 2009

Bullying, el perfil


Identificado el perfil de las víctimas de 'bullying' en Europa

* Los niños con problemas físicos o mentales y los más pequeños son los más acosados
* La percepción española de acoso escolar es ligeramente superior que la de la europea

Por PATRICIA MATEY
MADRID.- Son niños con problemas físicos (como la obesidad) o mentales que, además, gozan de falta de apoyo social o pertenecen a familias con un nivel socioeconómico más bajo. Así se 'dibuja' el perfil de las víctimas de acoso escolar en Europa, tal y como acaba de identificar un nuevo estudio realizado en 11 países del Viejo Continente, incluido España.
Haz click para leer la noticia en elpais.com

miércoles, 4 de febrero de 2009

Concurso de blogs ESPACIO EUROPA 2009




¿Tienes mucho

que contar?

Participa en el

concurso de Blogs
Espacio Europa 2009
y gana un viaje para conocer las instituciones europeas en Bruselas

Escribe un blog con tus ideas sobre Europa. Puedes ganar el premio en cualquiera de las categorías: Actualidad europea, Medio ambiente, Creatividad e Innovación, publicando videos en internet o tomando cualquier iniciativa de debate o redes sociales.

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Hemos pensado abrir un blog para descubrir Europa y que cada uno escoja un país o un tema. ¿Os interesa? Se titula La enzina Europea.


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martes, 3 de febrero de 2009

Un micro-relato de ANTONIO PEREIRA

[Un grabado del poeta y artista Juan Carlos Mestre]

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LENTA ES LA LUZ DEL AMANECER

EN LOS AEROPUERTOS PROHIBIDOS

Una vez estaba en la taberna el poeta inspirado haciendo su papel de poeta inspirado. Todos lo respetamos mucho en sus esperas de la voz misteriosa, aunque nunca se le haya visto una página terminada. Vino un parroquiano de la taberna con la alegría lúcida de los primeros vasos, y fisgó el renglón que campeaba en la hoja:

Lenta es la luz del amanecer en los aeropuertos prohibidos.

El verso hermoso, todavía único, con que iba a arrancar el poema.
El parroquiano suspiró:
—Es un buen empiece, poeta. Pero ahora qué.

ANTONIO PEREIRA
Del libro Meteoros. Poesía, 1962-2006.
Editorial Calambur. Madrid.

Este curso: Homenaje al escritor ANTONIO PEREIRA en el instituto JUAN DEL ENZINA

[Con este motivo, publicamos aquí una entrevista con ANTONIO PEREIRA, para ir conociéndole un poco mejor. Además, estamos preparando ya la revista dedicada a este autor con motivo del homenaje. Si os apetece, podéis ir preparando ya algún texto para esta futura revista]

Una entrevista con
ANTONIO PEREIRA

“La ironía y el humor
son armas para sobrevivir”


Por ELOÍSA OTERO
Fotos de ROBERTO GÓMEZ


No pierde su socarronería este hombre divertido, el gran cuentista y autor de culto Antonio Pereira (Villafranca del Bierzo, 1923).
Sostiene Pereira que comenzó a escribir cuando era un rapaz, para conquistar a las chicas de su pueblo “y a las forasteras que llegaban a pasar el verano” en Villafranca del Bierzo. Pero la escritura, sobre todo la poesía, se le incrustó en los adentros, pasando a formar parte de su vida. Lleva un diario desde hace cuarenta años. Sus cuentos se traducen al gallego y al polaco. Y la editorial Calambur ha reunido toda su obra poética en un volumen titulado ‘Meteoros’.
En otoño de 2008 recibió el homenaje del III Congreso de Literatura Leonesa. Ahora, en 2009, será la comunidad escolar del IES Juan del Enzina la que se acerque a su persona y obra.
—¿Qué supone para usted recibir homenajes?
—Hombre, los homenajes siempre sientan bien, porque ayudan a confirmarle a uno en el trabajo que está haciendo. Pero mucho más cuando el homenaje proviene de los más próximos, de los más amigos, de los más conocidos, de la querida gente que me encuentro por la calle todos los días en la ciudad donde he vivido más años de mi vida.
—De hecho sigue pasando aquí los meses más cálidos. ¿Se va a quedar este año más tiempo en León?
—Iré a Madrid en el rigor máximo del invierno, pero quisiera este año, por diversas razones, prorrogar todo lo posible el otoño aquí, en León, que es muy bonito el otoño leonés. Los crepúsculos sobre todo, al menos en esta casa donde yo vivo, que está mirando a poniente, son muy deleitosos.
—¿A usted el humor le brota natural o lo cultiva como un tesoro?
—¿Cómo crees que se puede vivir en un mundo tan absurdo como éste y tan lleno de penas, sino es con la ironía y el humor? Son armas para sobrevivir, para no pedir que le apliquen a uno la eutanasia a veces, de la manera más piadosa, eso sí.
—Se prefiere poeta antes que narrador. ¿Qué le da el poema?
—El poema, más que conocimiento o comunicación, es una tregua de consolación, que encaja en aquel concepto de Gómez de la Serna, cuando habla de “un hiperespacio que Dios nos concede para que no sean tan sórdidas las ocho de la tarde”.
—¿Y los cuentos breves?
—El cuento literario tiene mucha afinidad con el poema. Y, además, en mi poesía —soy devoto del ‘Romancero’— no es difícil encontrar ingredientes narrativos. Por otra parte, la disciplina del verso me ha proporcionado recursos impagables para el relato: economía verbal, renuncia a los meandros y digresiones, poder de sugerencia de las palabras….
—Sus versos se han traducido al sueco, inglés, noruego, en distintas antologías. ¿Le gusta que le traduzcan?
—No mucho. Me parece que estos giros míos, el empleo de la lengua coloquial, es algo difícil de traducir… Pero también es verdad que sólo gracias a las traducciones hemos podido leer a tantos grandes autores, desde Homero a Dostoievsky. Por cierto, que ‘Cuentos de la Cábila’ ya está en gallego y en polaco. Y ‘Las ciudades de Poniente’ en francés.
—Cuentan que usted fue el primero en utilizar los hologramas en unos llaveritos, hace más de 40 años, para hacer publicidad de su negocio de electrodomésticos.
—Es posible, pero no lo recuerdo. Sí recuerdo que hacía unos catálogos para la firma con la que trabajaba que circulaban por toda España y que, casi sin darme cuenta, fueron evolucionando en el formato hasta parecerse a libros de poesía de la colección Adonais. Porque a todo esto, mientras yo vendía al por mayor grandes cantidades de bombillas y de aquellas pilas Tudor, lo mío era la literatura. De modo que yo venía del trabajo, cansado, claro, y un poco lleno de las prosas del negocio, pero llegaba a casa, me encerraba y escribía.
—¿Cómo definiría su poesía?
—Si lo que me pides es una especie de autocrítica, o de juicio sobre mí mismo… Bueno, yo creo que mi poesía es muy sencilla, muy fácil de entender. No es la poesía de un visionario. La lectura, y también la escritura de poesía, para mí es consolación. La verdad es que ahora leo poco, de muy pocos autores, y de esos autores releo lo que más me gusta.
—¿Qué autores son esos?
—A muchos me los sé de memoria: el ‘Romancero’ español, Garcilaso, Quevedo, Unamuno —que dicen que tiene tan mala oreja, y a mí me suena muy bien—, Lorca —su imaginería me conmueve—, mi amigo Antonio Gamoneda —que siempre he estado muy cerca de su persona y de su obra—, Crémer por supuesto, Miguel Torga… y hasta me hace gracia Luis García Montero, eso de: “Tú me llamas, amor, yo cojo un taxi”. Y, por supuesto también, la poesía de Juan Carlos Mestre, que resuena en mi corazón como la música del órgano de la Colegiata de Villafranca. Leo también a poetas gallegos. Y como la poesía es el conjunto de la belleza por la palabra, tanto si está en verso como en prosa, Valle Inclán sigue siendo mi ídolo, desde que leí ‘Sonata de otoño’ a los 14 años, en la librería de mi tío en Villafranca. La releo todos los años.
—¿Sigue escribiendo?
—Cada día anoto mis pensamientos en un pequeño diario, informal, que llevo desde 1969. ¡Es una lástima que no lo hubiera empezado antes!. Pero no sé si haré algo con él. Dudo de que le pueda interesar a alguien. (Y se queda un rato pensativo, Pereira) …Yo no salgo en la televisión, no voy a las tertulias de Luis del Olmo, no he salido del armario, aunque también es verdad que nunca entré… Y lo único que podría encontrar un lector, un comprador de mi diario, es que estará bien escrito. Pero eso no basta hoy día. Además, mi diario funcionaría mejor si yo no fuera tan cauto. Soy incapaz de herir a nadie. Un rasguñín sí, pero lo que se vende y tiene éxito en un diario es morder, al estilo de Paco Umbral. Y yo tengo pocos lectores, vendo poco, soy un autor de culto….
—Seguro que ese diario tendrá cosas muy interesantes.
—Me interesa mucho el rescate del mundo de la memoria, de lo que uno ha vivido… Lo que pasa es que también es un diario de intimidades, un lugar donde vuelco mis aprensiones, incluso de salud, de tal manera que si a veces me he encontrado intercadente —un término muy curioso que se emplea en Valladolid—, pues apunto allí que tal día pues tuve dos décimas de fiebre pero que al día siguiente ya estuve bien, y creo que eso no le interesará a nadie, y mucho menos si las confidencias de ese diario son ya un poco más escatológicas… Me pregunto si no será mejor dejarlo todo ahí, para que algún curioso del día de mañana sepa no sólo alguna cosilla un poco positiva y hasta me atrevería a decir brillante, que yo haya hecho, sino también mis miserias.
—Leí en algún sitio que usted había hecho de lazarillo ocasional de Borges.
—Sí, aquel encuentro fue muy bonito. En el negocio, como nunca tuve afán acumulativo y creo que traté bien a mi gente… y lo que me sobraba nunca tuve interés en guardarlo, pues hice muchos viajes, interesantes en razón de la literatura. Yo admiraba muchísimo a Borges. Un día decidimos Úrsula y yo ir a Buenos Aires, para conocerle. Y llegamos justo cuando le acababan de dar el Premio Cervantes, ex aequo con Gerardo Diego.
—¿Cómo contactó con él?
—Antes de ir le había escrito desde España: “Maestro Borges, voy a Buenos Aires, y me gustaría, si usted tiene un momento, que pudiera recibirme…”. No hubo respuesta. Pero cuando llegué le llamé por teléfono, y Borges me respondió encantado: “Sí, venga cuando quiera, he recibido su carta…”. Llegamos a su casa en la calle Maipú. La asistenta le acababa de leer un telegrama con la noticia del premio Cervantes, y él decía: “Está firmado por tres personas, Juan, Carlos, Sofía… ¿Y quiénes son éstos?”. Pero lo que le tenía horrorizado —vivía en un apartamento pequeño— es que también le había llegado un mensaje de Espasa Calpe, diciéndole que, como sabían que era muy amigo de diccionarios y bibliotecas, le iban a enviar el Espasa completo. “¿Pero dónde meto yo eso?”, repetía él. (Risas)
—¿Y lo de hacer de lazarillo?
—Charlamos mucho aquella tarde, de literatura y de muchas cosas. No quería que nos marcháramos. En aquella época Borges se encontraba en una situación crítica en Buenos Aires, en plena dictadura, porque mucha gente estimaba que no se mojaba suficientemente frente a la represión. Y entonces, súbitamente, nos dijo: “¿Ustedes me harían el favor de acompañarme, que tengo muchas ganas de salir a la calle?”. Encantados, es un honor, le respondimos. Rápidamente Borges se puso la chaqueta, eligió un bastón chino —tenía una gran colección de bastones—, y salimos a la calle. Como suele pasar en estos casos, todos sus temores ocurrieron pero al revés. La gente le saludaba con veneración, le felicitaban por el Premio Cervantes…
—Tendrá muchas anécdotas de aquél día…
—Sí. Borges no hacía más que preguntarme: “Y ese Gerardo Diego, ¿qué libros ha publicado que valgan la pena?”. Y yo le conté, y le recité algunos sonetos: “También la piedra si hay estrellas vuela, /sobre la noche biselada y fría, /creced, mellizos, lirios y osadía, /creced, pujad, torres de Compostela…”. Y él me miraba y decía: “Mire, Pereira, sí, es bonito… pero eso de los mellizos y los lirios… no sé, no sé…”. Después nos vimos alguna otra vez. Y cuando vino a España a recoger el Cervantes estuvimos juntos en el Palacio Real. (Y enseña Pereira una foto con Borges, sobre la estantería).

(Entrevista publicada en EL MUNDO de LEÓN
el 2 de octubre de 2008.)


EL LEGADO DE PEREIRA


Desde hace meses, Antonio Pereira está trabajando en el archivo que dejará como legado a la Fundación universitaria que llevará su nombre en el campus de Vegazana. “Me han enviado un auxilio de la Universidad, una becaria, para ayudarme. Y esa señorita, que por cierto es muy competente y muy entregada a su labor, pues me está ayudando decisivamente a clasificar todo el material”, explica.
La Fundación Antonio Pereira tendrá su sede en la antigua Facultad de Educación, y su objeto será el fomento de actividades de conservación y divulgación de la obra literaria del autor villafranquino.
Entre ese material estarán todas las primeras ediciones de sus libros, y una parte que ha conservado de sus manuscritos. Pero también habrá una serie de libros que él estima especialmente, y toda su correspondencia literaria, en algunos casos muy interesante, ya que hay cartas de Aleixandre, Jorge Guillén, Ricardo Gullón… junto a la abundante correspondencia que mantuvo siempre con ese gran escribidor de cartas que fue su paisano y querido amigo Ramón Carnicer.
Se completará este legado con un archivo fotográfico, relacionado con acontecimientos artísticos y literarios. E incluso habrá un archivo audiovisual, ya que por ejemplo su primera novela, ‘Un sitio para la soledad’, fue grabada en su día para la Biblioteca de la ONCE en varias cintas de casete.
Pereira ha querido donar todo ese material de forma absolutamente desinteresada, y lo que le gustaría es que esa Fundación no se convirtiera “en un panteón inerte”, sino que sirviera para impulsar “actividades relacionadas con la literatura y las artes en general”.